Pasta y comida italiana: como se apoderaron de mí - Mokaparados
251
post-template-default,single,single-post,postid-251,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-16.7,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-5.5.2,vc_responsive

Pasta y comida italiana: como se apoderaron de mí

Italia, la pasta y yo.

Nunca fui fan de la pasta, para mí fue siempre una comida aburrida. Toda igual, pedís ravioles (sorrentinos) y los diez son iguales, ya sabes que te va a tocar. En casa se comía pasta cuando no había ganas de cocinar otra cosa, típica comida de domingo por la noche. Mamá incluso trataba de disfrazarla con diminutivos ¿Te preparo unos fideítos con un poco de oliva? Pero nada volvía a  la pasta más atractiva para mí.

Tenía una vaga idea de la manera de comer en Italia, del concepto de la familia reunida en la mesa, de las charlas y de las madres para las que sus hijos nunca comen suficiente. Creo que era un concepto armado un poco a través de películas, un poco a través de historias. Pensaba que era una caricatura de la cultura italiana, una exageración para exaltar sus virtudes.

La sensación cuando vine a Italia de vacaciones por primera vez, muchos años atrás, fue la de estar en una película. Recuerdo estar caminando por las calles de Roma y pensar “Esto tiene que ser una escenografía, no puede existir un lugar realmente así”. Luego, conociendo a mis familiares y reencontrándome luego de muchos años con otros, pensaba “¿Estarán actuando? ¿Estarán exagerando su rol en esta película de Italia?”.

La realidad es que este país superó siempre mis expectativas y desde el primer momento despertó en mí una fascinación que no creía posible.

Amo la amabilidad y la calidez de los italianos. No importa si es la primera vez que te ven o si te conocen de toda una vida, siempre, SIEMPRE, se van a preocupar por tu alimentación, por tu comodidad  y sobre todo POR TU ALIMENTACIÓN.

Ser vegetariano en Italia

comida italiana vegetariana

Soy Vegetariana desde hace 5 añosEn Italia descubrí que viene interpretado como una decisión, voluntaria, de arrastrarse lenta y dolorosamente hacia una muerte segura por inanición.

Primero, nadie entiende qué comés y qué no comés, es un enigma. Asumen que comés pescado y cuando descubren que no, viene una nueva catástrofe. Te incitan a que comas una pizza que tiene solo un poquitito de prosciutto. Se desvelan por saber si al menos estás ingiriendo un huevo fresco diario. ¿Se imaginan el desconcierto cuando comentás que tampoco te gusta mucho la pasta?

Vale aclarar que, al menos en el sur de Italia, lo habitual es que un menú contenga:

– Antipasto

– Primer plato (ahí te enchufan la pasta)

– Segundo plato (carne o pescado)

– Contorno (acompañamiento del segundo)

– Postre

Si bien no todas las familias cumplen este menú diario a rajatablas, en todas las casas la pasta se come todos los días. A veces hasta dos veces al día. Lo importante es que lo que espera  cualquier anfitrión italiano de cualquier mujer, invitada a casa a almorzar, es que ingiera al menos tres platos, tres.

Como me acostumbré a la comida italiana. De ingrata comensal a italiana pura cepa.

Al principio me parecía algo imposible de lograr; me deshacía en excusas,  inventaba comidas previas al almuerzo. Ponía en práctica estrategias como comer un poquitito de cada plato previendo un mínimo de cinco platos posteriores. Fingía dolores de panza (no tan fingidos). Casi nada funcionaba y siempre el anfitrión quedaba decepcionado, sintiendo despreciados sus platos y su cordialidad.

Una cosa es estar dos semanitas en Italia, comer en distintos lugares, excederse un poco y después volver a la rutina. Cuando pasas muchos meses en este país se pone en funcionamiento un fenómeno muy curioso:

Empieza como ya les comente, el cuerpo se resiste. Todo tu sistema nervioso (¿?) te manda señales muy claras de que tu sistema digestivo está por colapsar, el cerebro las recibe, el cerebro desarrolla estratagemas.

Pasa otro mes y el cerebro se relaja, ya no desarrolla nada, no puede pensar.

Última etapa, y esto ya es el fin, tú estómago es Citadino Italiano: salís a comer, pedís pastas, no compartís, terminas tu plato ¡Estás ordenando el segundo! ¿Alguien está para un postre?

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.